Curle Cuchein

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Los pastores de rinocerontes electromagnéticos de Maarlouf no son calvos por completo, aunque sí tienen bastantes entradas. Es posible verlos cualquier día claro de la primavera perpetua de Maarlouf, mientras recorren desnudos con sus rebaños las grandes mesetas continentales, dirigiendo a las pacíficas bestias con sus saltos atléticos y sus estruendosas palmadas. Serían capaces de intimidar con ellas –si así lo quisiesen– incluso a sus leales perros zagales.

Curle Cuchein es uno de esos hombres viriles, plenos de dicha al contemplar cómo las purpúreas criaturas mueven sus cuernos electrovoltaicos de doce metros mientras pastan la plateada hierba morfológica: les acongojan los torsos musculosos de sus bienamados pastores.

Curle Cuchein es hombre soñador y sereno, feliz de moldear cada día piedras silvestres con sus propias manos y dotarlas deneumáticas formas femeninas. Mientras, sueña con protagonizar epopeyas galácticas, aunque es esto algo que no sueña más que de cuando en cuando, pues por lo general no se dedica a abusar de su intelecto en demasía. De este modo transcurre su vida plácida, dormitando a la sombra de las palmeras carnívoras al tiempo que su mente le lleva de viaje a remotos parajes, allende increíbles planetas y fastuosas ciudades del orbe galáctico. Y así, azuza a sus etéreas criaturas con la dulzura con que trataría manadas de bellas princesas virginales deseosas de ser rescatadas por sus brazos poderosos y velludos.

Una tarde cualquiera, no importa cual sea, emergió de entre las nubes una dama bella y pura. Era bella porque la hierba de plata no resplandecía en su presencia, porque las simples bestias magnéticas dejaron de zampar para admirarla, porque el rostro del propio Curle Cuchein quedó iluminado ante su visión. Lo de pura no era más que un presupuesto gratuito en un arrebato poético, y una obvia exageración dado los libertinos tiempos que corren. La ninfa señaló con un dedo de oro al paladín y le dijo:

–Oh, bravo Curle Cuchein. Eres bello, noble y valeroso. Tu ayuda es necesaria en el lugar en el que se tejen los destinos de ases y viles. Tu llegada es esperada desde la aparición de la estrella. Tu intervención, inevitable para poner fin a la espada que pende sobre el nudo de la res. Venderás a tus rinocerontes electromagnéticos para emprender un difícil viaje de iniciación y aprendizaje que te habrá de servir para cumplir aquello que te ha sido encomendado. Parte presuroso hacia Ultartán, en cuya célebre piedra acuosa encontrarás la razón y guía de tu camino.

Y, tan de repente como había llegado, desaparece la mujer en una súbita nube efervescente ante la mirada bovinadelbravío pastor y su perro zagal.

–A fe mía, que este es el suceso más extraordinario que he tenido la dicha de ver en mi vida perra–dice el perro–. ¿Obedecerás la orden de ésta fulana heróica?

–¡Ni por asomo! ¿Acaso no creéis que esta loca pretendía que os vendiese a todos? –brama Curle Cuchein dirigiéndose a sus irracionales animales, que ríen regocijados ante la ocurrencia de la loca.

Óscar Cuevas

7 Opiniones

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    Curle Cuchein
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    Hola a todos. Soy el auténtico Curle Cuchein, fenomenal preboste y astuto liberador de los Maarloufenx. Tenéd paciencia, necios. Pronto descubriréis mis asombrosas proezas en los gélidos parajes de Ultartán. Tenéd paciencia. No os arrepentiréis.

    Palabra de Curle Cuchein.

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    coronel pike
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    No te digo yo que no, chavalote.

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    lun
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    Vaya, no sé porqué me ha venido a la cabeza el chiste aquel de un tipo español que está en una convención mundial de agentes secretos y se le acerca otro y se le presenta con el característico: «me llamo Bond, James Bond. ¿y tú?. Y el español le contesta: «yo me llamo Brosio, Am brosio».

    Mucha suerte, Cuchein, Curle Cuchein.

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    Wamba
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    Joer, por tres veces he leído «Cutre Chucheín»

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    oscar
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    Uno siempre pensando en cómo sería si alguno de sus personajes cobrase vida de verdad y, cuando por fin le sucede a uno de ellos, resulta que en el tránsito de su universo real a éste en el que nos movemos nosotros le muta la personalidad, olvida su excepcional modestia e irrumpe llamando necios a los lectores. 🙁

    Menos mal que como cronista soy de los más interesados en saber qué pasó con los Maarloufenx y otras hazañas, porque de lo contrario no descartaba que el bueno de Curle sufriese un inconveniente accidente en relatos venideros…

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    lun
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    ¿Nos has llamado necios? ¡ah!, pues no me he dado cuen……. 😉

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    Serrana82
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    Menuda bazofia de cuento

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