← Un juego de niños El imperio español → Barrio Lejano octubre 31, 2003 5 Opiniones Jiro Taniguchi Género : Cómic Volviendo a Tokio de un viaje de negocios, Hiroshi, se ve atraído hasta su pueblo natal, y una vez en él, se acerca a rezar junto a la tumba de su madre y se queda dormido durante unos minutos. Al despertarse, el protagonista descubre que se halla en su cuerpo a la edad de 14 años. Pese a volver a su adolescencia, Hiroshi, sigue siendo un hombre de mediana edad, experimentado y educado, este profundo cambio de personalidad tendrá efectos inevitables sobre su segunda existencia: se producen nuevos acontecimientos, que no habían tenido lugar en su primera vida. De ahí a pensar que se le ofrece una nueva oportunidad y que ciertos dramas personales pueden ser evitados solo hay un paso, que nuestro héroe está decidido a dar. Decide consagrarse a evitar el acontecimiento más traumático de su juventud: la misteriosa fuga de su padre, que un día, repentinamente, abandonó a su mujer e hijos para no volver más. Jiro Taniguchi, manteniendo la misma trayectoria que en El almanaque de mi padre, reflexiona sobre el paso del tiempo y sobre los lazos familiares que se debilitan a causa de los años y de las trayectorias de cada uno. Tweet Acerca de Interplanetaria Más post de Interplanetaria »
MD on 7 noviembre, 2003 at 11:14 am Esta serie me ha dejado encantado. El retorno a la adolescencia del protagonista está contado de una forma que enternece pero no empalaga y todos los personajes dejan una sensación de vida que los hace parecer reales. Lo único el final, que me pareció un poco abrupto. Répondre
Alberto on 15 septiembre, 2006 at 11:28 am He visto esto: http://www.lacarceldepapel.com/indexblog.php?p=1302 La verdad que Barrio Lejano me encanta (como todo lo de Taniguchi menos El caminante) pero, eso de una adaptación belga, también me da mala espina. Répondre
Saulo on 15 septiembre, 2006 at 12:27 pm Algo malo tenía que tener tan buena noticia. ¿Belga? Uf. Répondre
Cro on 15 septiembre, 2006 at 1:27 pm Vamos a darles un voto de confianza a los cineastas belgas, chicos. Al menos, ellos no hay hecho un bodrio a la altura de Alatriste, un verdadero culmen, un hito, un ejemplo de película mala a la altura Los Kalatrava contra el imperio del kárate y la costrosa El Ete y el Oto, solo que con pelas. Répondre
Frau Hesselius on 15 septiembre, 2006 at 3:32 pm ¿Que no han hecho un bodrio como Alatriste? Peor aún: hicieron La vida sexual de los belgas, de Jan Bucquoy. ¿A que esa no la habías visto tú? Yo tampoco: me quedé dormida en el cine. Répondre