← Atrapame si puedes Clave Red Rabbit → Beau Geste abril 02, 2003 93 Opiniones P.C. Wren Género : Aventuras P.C.Wren nació en Devonshire, Inglaterra, en 1885. Tras cursar estudios en Oxford se alistó en la Legión Extranjera francesa en busca de aventuras. Tras su vuelta a Inglaterra, se instaló en una casa de campo y, en 1924, publicó la obra que le ha dado fama universal, Beau Geste, un clásico de la novela de aventuras, adaptada al cine en varias ocasiones. A estas novelas seguirían otras muchas desarrolladas en escenarios exóticos. Beau Geste comienza con el relato de un oficial francés, acerca de un extraño suceso acaecido en el pasado. Acosado por los tuaregs, un puesto de avanzada situado en Zinderneuf solicitó refuerzos urgentes. Cuando las tropas llegaron al fuerte pudieron observar que había numerosos legionarios apostados en sus almenas; pero no se movián ni respondían a sus llamadas, y los refuerzos no tardaron en comprobar que estaban todos muertos en sus puestos, colocados allí por alguna mano invisible. ANTICIPO: Escuché un estrépito resonante detrás de mí y entonces sí que me di la vuelta, esperando encontrarme con que el tipo había abatido a Lejaune por la espalda. Gronau había soltado la boca de los fusiles, que eran los que habían causado el estruendo, y estaba ahí parado, apuntado y mirando, con sus estúpidos ojos desorbitados y su estúpida boca abierta de para en par. Resultaba tan patente que estaba estupefacto por alguna visión portentosa, que Lejaune, en vez de tumbarle, se volvió a mirar en la dirección que señalaba con la mano. Yo hice lo propio. ¡El oasis hervía de árabes, que avanzaban rápida y silenciosamente para atacarnos! Mientras miraba, una gran horda montada en camellos irrumpió por la izquierda, otra por la derecha, para contornearnos y rodear el fuerte por todos lados. Había cientos y cientos de ellos ya al alcance de la vista, incluso a la escasa luz de la primera mañana. Lejaune mostró al instante cuál era su temple. -¡Corre como alma que lleva el diablo! aulló a Gronau-. Llévate estos fusiles le arreó un empujón-. Y que venga el sargento Dupré, rápido. Al barracón me vociferó-. Da la alarma. Lleva esta llave a St. André y sacad los fusiles. Que venga el corneta. Corre o… Corrí. Según bajaba, Lejaune comenzó a disparar como el rayo contra las hordas que avanzaban. Lanzándome por la escaleras y por el corredor, le tiré la llave a St. André, que estaba parado como una estatua fúnebre a las puertas del almacén. -¡Árabes! aullé-. ¡Saca los fusiles y munición! A la carrera, llegué a la puerta del dormitorio. Michael estaba apuntado con su fusil a la cabeza de Boldini. Maris cubría a Schwartz y Cordier movía la boca de su arma por toda la sala. Todos estaban despiertos y había una especie de babel susurrante, sobre la que se oía clara y alegre la voz de Michael: -El que quiera morir que saque un pie de la cama… Nadie mostró un pie, aunque todos parecían mostrar cierto resentimiento, sobre todo Boldini, que tenía un fusil cargado a un metro de la oreja. A ver todo eso a la primera ojeada, me detuve, tomé aire y aullé: -Aux armes! Aux armes! Les Arbis! Les Arbis! y, luego les grité a Michael y a los otros dos-. Seguidme, estamos rodeados. Me volví para correr, sintiendo cómo una multitud de hombres desnudos saltaba de sus lechos, al tiempo que sus carceleros se apresuraban a mis talones. Vítores y aullidos de alegría nos siguieron, y un bramido jubiloso de: –Aux armes! Les Arbis! mientras los hombres enfervorecidos se embutían sus ropas. St. André venía tambaleándose hacia nosotros con una gran brazada de fusiles. Dupré y la guardia subían estruendosamente las escaleras. Cuando irrumpimos en la azotea, Lejaune rugió: -¡A sus puestos! ¡A sus puestos! ¡Abran fuego! ¡Fuego a discreción! ¡Matadlos, diablos! ¡Matadlos! y, tras ordenar a Dupré que tomase el mando en la azotea, corrió abajo. Un par de minutos más tarde, comenzó a llegar un chorreo constante de hombres; hombres en mangas de camisa, hombres sin gorro ni botas, hombres con nada más que los pantalones… pero todos ellos con una cartuchera repleta y su fusil y bayoneta. Lejaune tenía que haber trabajado como una fiera, ya que a los pocos minutos de que a Gronau se le cayeran los fusiles, todos los hombres del fuerte estaban en la azotea, y desde cada una de las troneras los rifles abrían fuego a discreción contra los árabes que hormigueaban aullando alrededor. Había estado muy cerca. Nos habíamos escapado por los pelos. Si Gronau no hubiese subido y pasado la mirada, de dentro del fuerte afuera, en aquellos momentos lo más seguro es que ya no quedase ningún hombre de la guarnición vivo, excepto aquellos heridos con el suficiente aliento como para merecer la pena guardarlos para las torturas. Una súbita irrupción a la media luz, y hubieran entrado en la plaza para encontrarse ¡una guarnición desarmada! Según cargaba la recámara y disparaba, cargaba y disparaba, cargaba y disparaba, me pregunté si tales cosas eran suerte, y si la llegada de Gronau y su casual vistazo alrededor, justo en el último momento en que se podía hacer algo, eran simples coincidencias. Había estado cerca, y el resultado aún era dudoso, ya que aquel había sido un ataque por sorpresa. Estaban muy cerca, el oasis en su poder, y eran centenares contra nuestra escasa media compañía. Y eran valientes. Nadie podía negar eso, viendo cómo acudían en masa contra los muros, bajo nuestro terrible fuego a discreción, y un árabe caía casi cada vez que uno de nuestros legionarios apretaba el gatillo. Mientras centenares de ellos, por cada lado, disparaban contra las troneras a unos pocos metros de distancia, un gran grupo atacó la puerta con piedras, hachas, pesadas espadas y haces de leña que pensaban prender. En ese punto el propio Lejaune, exponiéndose sin miedo, encabezaba la defensa, ordenado rápidas descargas cerradas que causaban un efecto terrible, tan físico como moral, hasta que el ataque cesó tan rápido como había comenzado y los tuaregs, al alzarse el sol, desaparecieron completamente de nuestra vista, para convertir el asalto en un sitio y acosarnos desde la seguridad de detrás de las cimas de las colinas arenosas. Supongo que aquel vertiginoso ataque al alba no había durado más de diez minutos, desde el momento en que Lejaune había disparado el primer tiro, pero a mí me pareció durar horas. Creo que abatí a un montón de hombres. Mi fusil estaba caliente y rezumaba aceite, y algunas balas habían hecho impacto en la profunda tronera en la que me apoyaba al disparar. Allí abajo, el llano estaba cubierto de pequeños bultos de ropajes blancos o azules, que parecían más montones dispersos de colada que los cadáveres de feroces individuos que, un minuto antes, aullaban sedientos de sangre infiel, y cargaban sin temor para saciar tal sed. Nuestro corneta tocó el Alto el fuego y, cuando dieron la orden de ¡Descarguen!, ¡Descanso!, miré a mi alrededor según me enderezaba, descargaba mi fusil y me ponía en descanso. Aquella era una extraña panorámica. En cada una de las troneras había una caricatura de soldado en alguno de los casos casi desnudo-, que tenía a los pies cartuchos disparados y, en algunos casos, un charco de sangre. Mientras miraba, una de esas extrañas figuras, vestida tan sólo con una camisa y los pantalones, cayó lentamente, se quedó sentado un instante y luego se desplomó, de forma que su cabeza golpeó ruidosamente el suelo. Se trataba de Blanc, el marinero. Lejaune, que estaba en el centro de la azotea, se fue a él. -Eh gritó-. Aquí no se permite nunca vaguear y rodeando el cuerpo con sus brazos, lo arrastró para colocarlo con dificultad en su tronera. Allí se quedó el cuerpo, porque Blanc parecía estar muerto. Se quedó apoyado en la oquedad, el pecho apoyado en el parapeto inclinado y los codos contra los bordos exteriores de los grandes merlones. Lejaune colocó el fusil en la parte plana de la tronera, dispuso una mano muerta sobre el mismo, y otra junto al gatillo, la culata contra el hombro muerto, una mejilla yerta apoyada en ella. -Sigue pareciendo útil, amigo mío, aunque ya no puedas serlo se mofó y, al volverse, añadió: -Quizás llegués a ver el camino de Marruecos si aguzas suficientemente la vista. -Venga aquí, cabo Boldini llamó-. Llévese a un tercio abajo, que coman y se vistan, y que vuelvan en el acto si oyen un solo tiro o el toque de Reunión. Si no se produce ningún ataque, haga bajar luego a la mitad de los restantes… y luego los que queden… que estén todos klimbim y dispuestos en media hora… St. André y Maris, más munición. Cien cartuchos por hombre… Cordier, cubos de agua. Llena todas las cantimploras y pon luego cubos llenos sobre la puerta… puede que traten de incendiarla de nuevo… sargento Dupré, ningún herido irá abajo. Suba aquí el botiquín… ¿Están todos los arrestados fuera de sus celdas? Miró alrededor; era un soldado competente, enérgico, valeroso. -¿Y dónde está el bueno de Schwartz? continuó-. Ven aquí, maldito; sube a la plataforma de vigía y vigila esos palmerales hasta que los árabes te tumben… a vigilar el oasis… así no tendrás tiempo de andar maquinando más complots y apoyó la mano en la culata del revólver, mientras miraba ceñudo y amenazador al gran alemán. Schwartz subió por la escalera que llevaba a la alta plataforma de vigía, que se remontaba muy por encima de la azotea del fuerte. Ese era el puesto de peligro. -Ahora atentos todos aulló Lejaune-, y disparad tan pronto como asome alguien. Tweet Acerca de Interplanetaria Más post de Interplanetaria »
Taurus on 2 abril, 2003 at 11:04 am Creo que es la primera vez que este libro sale en versión íntegra. Pero pudiera estar equivocado. ¿Sabe alguien si ya se había publicado anteriormente de forma íntegra o eran versiones "expurgadas"? Répondre
melmoth on 2 abril, 2003 at 1:07 pm Efectivamente, es la primera vez que aparece una traducción íntegra y fiable de Beau Geste… La anterior estaba en ed. Juventud… pero ni la encaontrarás… y en caso de que la encuentres, mejor no leerla… Répondre
rogelio on 2 abril, 2003 at 3:12 pm Al menos, hay dos ediciones anteriores en España. Casi contemporáneas a la fecha de su edición inglesa. Pero tienen unas ciento y pico páginas, y cuatro dedos menos que el libro de Valdemar. O sea, resúmenes. Répondre
Lucius on 2 abril, 2003 at 6:38 pm Se mire por donde se mire, esta es una gran novela. Y dio lugar a una gran película. Répondre
Ymir on 3 abril, 2003 at 8:38 am Yo se que es un gusto llevar libros de bolsillo en el idem, sin miedo a que se rompan. Y un alivio poder leer por un precio razonable. Pero un libro de estos se agradece que salga en estas ediciones (tampoco son tan caras si echa uno cuentas). Répondre
wolf on 3 abril, 2003 at 9:56 pm Un libro fantastico, aunque en mi modesta opinión, Beau Sabreur y Beau Ideal, son aún mejores. Conseguí los libros de casualidad, y mas que leerlos, puedo decir con orgullo que los devoré. Tanto tiempo después, a pesar de lo " irreal" de sus valores, estos libros mantienen su maravillosa y enorme fuerza vital. Répondre
Ymir on 4 abril, 2003 at 9:47 am No creo que sean valores irreales, sino simplemente de otra época y otras sociedades, tamizados esos si por las convenciones en boga cuando el escritor lo compuso. Répondre
Lir on 4 abril, 2003 at 10:27 am Vale, le daré una oportunidad. Es verdad que tal como estan las cosas este tipo de libros han dejado de ser caros. Répondre
Elric on 4 abril, 2003 at 2:17 pm Tengo que reconocer que no son caros, al ver lo que sacan algunos, pero los que no tenemos muchos medios dinerarios echamos de veces una segunda edición barata, que sirva para nuestros bolsillos. Répondre
Lir on 7 abril, 2003 at 12:17 pm Estoy en ello y la verdad es qeu tengo que reconocer que me ha sorprendido un poco porque no es lo que esperaba. No es la típica novela de aventuritas, por el contrario tiene una construcción bastante compleja. Répondre
Noct on 12 abril, 2003 at 1:02 am Es digno de reflexionar cómo nos gusta tanto la guerra en la literatura como nos causa rechazo, afortunadamente, en la vida real. Beau Geste es al fin y al cabo una novela sobre unos jóvenes románticos que se enrolan en un ejército colonial en plena invasión del África subsahariana. No me parece ni bueno ni malo, ni creo que haya que aplicar juicios ideológicos trasnochados, pero llama la atención. Répondre
Ganzo on 12 abril, 2003 at 10:00 am Supongo que no es lo mismo el espectáculo que la realidad. Répondre
Lobo on 12 abril, 2003 at 6:14 pm Sin embargo buena parte de los títulos antibelicistas (y bélicos en general) vienen de excombatientes o exmilitares. Creo que la guerra marca una vida para siempre. Répondre
DrX on 13 abril, 2003 at 12:54 pm Desde luego en este caso ha de ser así. Merece la pena recordar dos cosas. La primera es que Wren fue de verdad soldado en la Legión Extranjera, cosa que añade verosimilitud a lo que está contando. Segundo, que su narrativa es más bien de aventuras que bélica. Pero, en lo que a parte bélica toca, no es antimilitarista ni militarista, sino simplemente se inscribe dentro de la narración de guerra, Répondre
Brutus on 14 abril, 2003 at 8:37 pm Lo que importa es que la novela sea entretenida y disfrutes. Yo lo estoy haciendo. Répondre
indigo on 14 abril, 2003 at 11:58 pm Y tan curioso. Algunos pueden alegar -con razón- que en muchos casos se nos esconde la crudeza de la guerra en libros y películas, y solo nos queda así un espectáculo épico y de aventuras. Pero eso no explica el gran éxito de muchas obras que ofrecen sin tapujos esta crudeza: muertes, mutilaciones, miseria… Ya lo dice Pedro Barbero en su columna: si a la guerra, pero en el cine (o en este caso, la literatura) Répondre
Matiz on 16 abril, 2003 at 12:59 pm A no ser que se usen con malos fines. Ya, ya sé que es tópico. Pero la exaltación del nacionalismo y el belicismo han utilizado a veces algunas novelas y películas, con o sin el consentimiento de sus autores. Répondre
Salman on 16 abril, 2003 at 7:36 pm Puede que tengas un punto de razón. Pero entrar por ahí es entrar en la dinámica de lo políticamente correcto, donde nadie puede dar un paso por miedo a pisarle el callo a alguien. Répondre
Candelario on 18 abril, 2003 at 10:05 am Todo un subgénero en sí mismo fueron las aventuras en el desierto, entre tuareg y muchas veces con la Legión Extranjera de fondo. Luego desaparecio debido al cambio de épocas y ha sido olvidado. Pero tuvo bastante importancia en su momento. Répondre
emilio on 18 abril, 2003 at 2:06 pm Estoy disfrutando de la novela, y me preguntaba si alguien sabría decirme si se había editado antes en castellano. Répondre
josemiguel on 18 abril, 2003 at 2:30 pm Norr. Beau Geste un clásico que, por alguna razón inexplicable, había desaparecido de nuestras librerías. Pero gozó de gran popularidad y predicamento en su época. Se editó, años ha, en la colección Obras maestras de la editorial Juventud. La primera edición apareció en España en julio de 1928, y en 1931 ya se había alcanzado la cuarta edición. Hasta donde sé, y si alguien tiene más datos lo agradeceré, se editó por última vez en febrero de 1951. Y después desapareció. La cuidada edición de Valdemar ofrece una oportunidad de oro para redescubrir una historia de aventura militar de primer orden. Répondre
josemiguel on 18 abril, 2003 at 2:35 pm Beau Geste es la primera de las tres grandes novelas de P.C.Wren sobre esta temática. Beau Sabreur y Beau Ideal completan la trilogía (en una época poco dada a trilogías). Beau Sabreur se editó en cuatro ocasiones, pero desde 1946, que yo sepa, dejó de reeditarse. Beau Ideal se editó en cinco ocasiones. Durante varios años creí que última edición era de mayo de 1947, pero hace unos meses descubrí en la biblioteca de un amigo que hubo una edición en junio de 1951, lo que me hace sospechar que es posible que Beau Sabreur también gozase de una quinta y última edición. Las novelas son deliciosas, y es una verdadera lástima que sean en la actualidad novelas desconocidas para el gran público. Répondre
emilio on 18 abril, 2003 at 3:41 pm Gracias por la información, pero una cosa más, ¿cómo eran las versiones de la época? Lo digo porque estoy acostumbrado a ediciones de cf, en las que se adecuaban las extensiones a ciertos formatos y tal. ¿Ocurría lo mismo con esas ediciones de las que habla? Répondre
josemiguel on 18 abril, 2003 at 6:44 pm Hace tiempo que leí el texto de aquellos libros, y, por tanto, sería injusto cotejar de memoria. No obstante, la edición de Valdemar, mi próximo libro en ese ser vivo que tenemos todos los aficionados al libro, la pila de pendientes, tiene más de cuatrocientas páginas y dobla en tamaño a aquellos libritos. Barrunto que sí, que hubo algún recorte. No obstante, entiéndase las limitaciones de la época, especialmente en lo tocante a papel, y Juventud es una editorial que bordó algunos libros, como, por ejemplo, ese clásico que es El viento en los sauces. Répondre
josemiguel on 18 abril, 2003 at 9:00 pm Por cierto, y a modo de curiosidad, os comento que el libro se ha llevado a la gran pantalla en cuatro ocasiones. La primera vez fue en los años 20, creo que fue en 1926 ó 1929, aunque ahora mismo no tengo el dato a mano; el prolífico director irlandés Herbert Brenon dirigió la primera adaptación. Era una película muda de algo más de hora y media. La más conocida es la versión dirigida por William A. Wellman y protagonizada por Gary Cooper, Milland y Robert Preston. Douglas Heyes dirigió la versión de 1966, que es bastante discreta. En el 83 hubo otra, muy larga, 204 minutos, que no he visto. Répondre
josemiguel on 18 abril, 2003 at 9:17 pm Por cierto, Victor McLaglen, ganador a un Oscar por su papel en El Delator, interpretó el papel de Hank en la primera versión de Beau Geste. Este dato me es especialmente querido porque este actor intervino en El trío fantástico (1925), un thriller protagonizado por Lon Chaney y dirigido por mi adorado Tod Browning, Beau Geste, que si mis notas no me engañan finalmente es de 1926. Fue un tipo peculiar y desempeñó múltiples ocupaciones antes de dedicarse a la interpretación, boxeador, granjero, soldados destacado, pescador o policía. Los seguidores de John Wayne, amigo personal, lo descubrirán en el reparto de Fort Apache, Río Grande o El hombre tranquilo. Y los amantes del cómic, lo recordarán como Boltar en la adaptación cinematográfica de El príncipe valiente (1954). Répondre
RAFa on 19 abril, 2003 at 10:31 am No sé si la pregunta se tiene que hacer aquí o en el foro del libro sobre Chaney, pero me dijeron que El trío fantástico era un film raro en argumento, y al hilo del mensaje pues lo suelto aquí: me gustaría que me comentases algo al respecto, ¿de qué va la película? Répondre
Juan on 19 abril, 2003 at 11:25 pm Este foro es muy curioso, lleno de datos y cositas jugosas. Me uno a la petición sobre El trío fantástico, ¿thriller? Répondre
josemiguel on 19 abril, 2003 at 11:38 pm Pues anímate a participar, hombre 🙂 Toda aportación es bienvenida. Répondre
josemiguel on 19 abril, 2003 at 11:43 pm En cuanto terminó El fantasma de la ópera, Chaney se embarca en el rodaje de El trío fantástico (The Unholy Three, 1925), film en el que ambos volverían a coincidir. El director Tod Browning ya había demostrado su obsesión hacia los seres deformes, y el centro neurálgico de la película era en un principio el enano Tweedledee. Pero Chaney ya era una estrella y no se le podía relegar a un papel secundario, por lo que los guionistas tuvieron que rehacer parte del trabajo en el ventrílocuo travestido profesor Echo, el cerebro de la banda. De hecho, como anécdota, se puede citar que Browning tenía tanto interés en dirigir esta película que aceptó reducir casi a la mitad su salario habitual para no perder la oportunidad de llevar a la pantalla la novela homónima de Clarence Aaron «Tod» Robbins. El terceto formado por Echo (Lon Chaney), Tweedledee (Harry Earles) y el forzudo Hércules (Víctor McLaglen, el culpable de que se haya desencadenado este OT dentro de la recomendable novela) se confabulan para desvalijar pisos, y utilizan como tapadera un pajarería que atiende Echo disfrazado de anciana y que comercializan loros parlanchines falsos. El truco es simple y esperpéntico. Echo consigue el cliente se crea que son loros parlanchines gracias a sus dotes como ventrílocuo pero, lógicamente, una vez los compradores no conseguirán que los loros hablen en sus domicilios. Esto va a permitir que Echo y el niño, que realmente es un enano, puedan visitar a los clientes y futuras víctimas de la trampa, puesto que la finalidad no es otra que la de robar los pisos de aquellos incautos. Répondre
josemiguel on 19 abril, 2003 at 11:48 pm La continuación, y pido perdón por la extensión Su primer golpe se salda con un balance trágico pues una niña pequeña les sorprenderá cuando acudan a la casa del hacendado John Arlington. Se trata de su hija, quien los saludará alborozada al confundirlos con Papá Noel y el hermanito que tanto desea. Pero al enano Tweedledee esa confusión le resulta insoportable, odia a los niños porque tienen su tamaño pero crecerán, algo que a él le está vetado, y la estrangula delante del árbol de navidad. Bueno, al menos esa escena fue la que se rodó. Ahora bien, la Metro decidió que la visión de un enano estrangulando a una niña era demasiado fuerte de modo que efectuaron un pequeño retoque. La Metro no no se atrevió a mostrar esta escena pero tampoco mostró ningún reparo en indicar –mediante la inserción de un titular de periódico que la niña había resultado muerta. No cuento más del argumento, algún día confío en que alguien la exhiba en TV o la publique en DVD, pero sí me gustaría añadir que el film tuvo un éxito abrumador y la crítica alabó hasta extremos insospechados la originalidad del guión. El film está rodado con una estética atrevida, casi de vaudeville, puesto que son las andanzas de un grupo de granujas travestidos para superar sus limitaciones. Hubo una versión en cine sonoro, la única película en la que intervino Chaning. Répondre
josemiguel on 19 abril, 2003 at 11:49 pm Perdón, quería decir que el remake sonoro fue la única vez en la que Chaney intervino, murió poco después, pero se lució al fingir cinco voces distintas en su papel de ventrílocuo. Ahora sí… The End Répondre
Juno on 20 abril, 2003 at 2:21 pm El problema de todo este material es que da rabia qué difícil es acceder a los libros que tratan del mismo y a las fuentes, o sea, a las películas. Por eso me parece muy interesante y loable la publicación de este libro por Valdemar, al menos este libro, no me parece caro teniendo en cuenta que es tapa dura y la calidad del título, nos permita a los "nuevos" incorporarnos a estas novelas. Répondre
jaime on 20 abril, 2003 at 9:08 pm Es un poco esperpéntico, pero tiene buena pinta. ¡Quién pillara esas películas ahora! Acabo de rescatar la adaptación del Beau Geste de una vieja cinta de vídeo, aunque está en franchute. Bueno, me habéis convencido, jejeje. y me voy a animar a comprar el libro (junto a La espada de juego) a principios de mayo. Répondre
josemiguel on 20 abril, 2003 at 9:43 pm La segunda, que es la más famosa. Es una opinión, pero creo muy contrastada. Répondre
Brutus on 21 abril, 2003 at 4:14 pm He aprovechado estas vacacioncillas para leerme el libro y he de decir que sí, que es un novelón. Un novelón de los de antes, con aventuras y personajes que a veces, eso sí, son un poco ingenuos, aunque quizás lo son para nuestra mentalidad, que da prioridad a otras cosas. Pero, sin querer reventar nada de la trama o el final, me extraña mucho eso de las continuacíones. ¿Con los mismos personajes? A ver si alguien me aclara la duda. Répondre
DrX on 22 abril, 2003 at 8:10 am Wren no sólo hizo la trilogía Beau Geste, Beau Sabreau y Beau Ideal, sino otros libros y series con la Legión Extranjera como protagonista. La Legión en sí, no los personajes, que son distintos. Répondre
Alina on 23 abril, 2003 at 10:47 am Sorprende muy agradablemente que la novela no acabe en el punto de la película, que es muy buena. Pero toda esa última parte de los legionarios desertores atravesando el Sahara de cabo a rabo en busca de la salvación ha sido una sorpresa y muy buena. Répondre
kiko on 26 abril, 2003 at 12:51 pm Hombre, no revienta el final (afortunadamente) y saber que el final es distinto al de la peli anima a leerlo 🙂 Répondre
Thor on 28 abril, 2003 at 10:23 am Yo estoy de acuerdo. No revienta nada el decir eso y merece la peña señalar que la novela tiene una última parte que entronca de forma superclara con el pulp de la epoca, con esas novelas de ciudades antiguas perdidas en mitad del desierto y aventuras entre arabes y tuaregs. Répondre
Roberto on 28 abril, 2003 at 8:39 pm Pues la verdad es que saber ese detalle, que nadie me cuente el final, por favor, le da morbillo al asunto. La película es una gozada, pero tiene su gracia conocer otro final. Y si es aventurero, miel sobre hojuelas 🙂 Répondre
Bal on 6 mayo, 2003 at 5:44 pm El precio, tal y como está la edición y visto como es el libro, es bastante razonable. Eso ayuda a comprarlo, la verdad. Répondre
Brutus on 6 mayo, 2003 at 11:16 pm No es barato pero, dada la edición, lo cuidado del libro y comparando precios, no está nada mal. Répondre
melmoth on 7 mayo, 2003 at 12:05 pm Estimados, amigos, veo que os preocupa mucho el precio de los libros… (y a mi también, claro) Os puedo asegurar que con el número tan escaso de lectores/compradores que hay en España, elaborar un libro con tapa dura, papel de calidad, cuidada traducción, etc, y mantener un precio que no sea demasiado oneroso para el bolsillo, resulta un gran esfuerzo para una editorial pequeña… Por otra parte, el otro día me cobraron por unas cañas, una ración de calamares y una de bravas, más de lo que cuesta ese libro… y el dueño del bar se lo cobró en efectivo, nada de letras a 120 días… Os aseguro que si este libro se vende lo suficiente, Valdemar seguirá editando el resto de los de P.C. Wren… Répondre
Ighor on 7 mayo, 2003 at 3:55 pm Supongo por lo que dices que tienes alguna relación con Valdemar. Así pues aprovecho para felicitaros, pero no por Beau Geste, si no por la trayectoria en general de la editorial. Si hubiera más así, seguro que habría más lectores. En cuanto a Beau Geste, un acierto total. Répondre
melmoth on 8 mayo, 2003 at 12:51 am Es un palo decirlo, pero Beau Geste era una de las obras favoritas de Franco… ¿Qué le vamos a hacer!!! Répondre
Troyer on 9 mayo, 2003 at 9:57 am Si vamos a quemar libros sólo porque a ta o cual tirano le gusten, apañados estamos. Eso ya lo hicieron casi con el pobre Wagner, que murió mucho antes de la aparición de los nazis… Répondre
Oriol on 11 mayo, 2003 at 4:47 pm A mi me gustan estos libros bien hechos que los lees y luego años después te los encuentras en tu libreria, los abres y están como el primer día. Yo eso lo pago con gusto. Répondre
josemiguel on 11 mayo, 2003 at 6:14 pm Que Alá sea pródigo en sus favores, que se venda y que nosotros lo leamos. Répondre
Alvaro S.G on 15 mayo, 2003 at 2:14 pm Soy reacio a comprar basándome en los comentarios que se hacen en páginas especializadas (sean papel o electronicas) sobre libros, porque demasiadas sorpresas amargas me he llevado. Pero como es un título clásico y los comentarios en general favorables, lo he comprado. Desde luego es más fiable un grupo de lectores empedernidos (o eso supongo a juzgar por la cantidad de escritores y novelas que manejan con soltura algunos) que el típico critico de turno, envenenado con sus particulares inquinas y amistades, y a veces pagado de sí mismo. Me alegra no haber equivocado. Beau Geste es un gran libro, puede que no de relumbrón, pero sí que se lee con enorme agrado de la primera a la ultima pagina. Felicidades a Valdemar, ya que frecuentan estos foros. Es un libro que por contenido estaré encantado de dar a leer en su momento a mi hijo y por el continente sé que llegará a sus manos como está ahora. Répondre
Cartago on 16 mayo, 2003 at 5:26 pm Continuamente cojo libros que leí hace años con alegría y dejé en un estante y, al abrirlos, las hojas se me van cada una por su lado. Aquí se ha hablado mucho de las traducciones y etc, y está muy bien, porque uno tiene derecho cuando paga veinte a que el texto sea cuanto menos digno. Pero también, por ese precio, podría esperar papeles mejores, hojas cosidas y no engomadas, y etcs… ¡que son tres mil pelas de libro! En ese sentido valdemar no defrauda. La presentación formal es, después de las tripas literarias, lo más importante del libro. Répondre
Caesar on 16 mayo, 2003 at 10:19 pm Creo que el problema es realmente simple: se lee poco. Y como hay pocos lectores las tiradas son pequeñas, y eso eleva el coste por unidad (o sea, libro). En suma, el libro barato sólo es posible con tiradas de diez mil para arriba. Y en este país se editan una burrada de libros, y siempre leemos los mismos. En suma, la pescadilla que se muerde la cola. Répondre
Caesar on 16 mayo, 2003 at 10:21 pm Que nosotros lo leamos, que nosotros lo leamos. Beau Geste es un clásico de la novela de aventuras. Y la frase, siendo verdad, me da mucha pena. Hace tiempo que la literatura se ha disparado hacia unos derroteros que, francamente, me parecen aburridísimos. Me duele que hoy día la aventura se esté muriendo. Aunque haya aventura histórica, parece que nos estamos apoltronando y somos incapaces de hallar un resquicio en nuestra propia actualidad para especular un poco, para jugar a ser aventureros. Répondre
dar on 18 mayo, 2003 at 7:27 pm Si hay algo que se le puede echar en cara (entre comillas) a valdemar es la de publicar autores muertos y no sacar españoles contemporáneos, que como se ve por los foros los hay muy buenos. Aunque vaya por delante que todas las labores son por igual bienvenidas. Répondre
Thor on 19 mayo, 2003 at 12:05 am Eso no es justo del todo. Valdemar es una editorial cuyo fuerte son los relatos góticos, de terror y aventuras del diecinueve y principios del XX. Pero repetidas veces se han arriesgado con españoles contemporáneos, vivos y desconocidos. Juan Manuel de Prada empezó en Valdemar, que yo sepa y, actualmente, publican novelas góticas de Pilar Pedraza y han publicado dos novelas históricas de León Arsenal, que figura como director de esta página web. Y no parece haberles ido mal con ninguno de los dos. Eso sólo por hablar de literatura de géneros, que es a lo que está dedicada esta web. Si hablasemos de españoles en general la lista de autores sería bastante más larga. Répondre
josemiguel on 19 mayo, 2003 at 2:37 am Valdemar está haciendo una loable tarea de rescatar del olvido a clásicos de calidad difícilmente cuestionable. Sus apuestas "patrias", más o menos numerosas, también son razonables. Dan calidad, y eso llevo mucho tiempo y esfuerzo, tanto en traducciones como en la elección del título, y yo aprecio sobremanera el cuidado que ponen en el libro como objeto físico valioso. Por supuesto, creo que a todos nos gustaría que hubiera más españoles en las filas de una editorial de ese nivel, que los libros fueran más baratos porque el número de lectores lo permitiera y, ya puestos, que no hubiera hambre ni guerras. Pero el mundo es el que es y el mercado exige ser cautos. Répondre
melmoth on 19 mayo, 2003 at 4:10 pm Estimado Darío… Me encantaría editar autores españoles, y que se vendieran lo suficiente… Si, coñe, a ver si Pérez Reverte se anima y decide editar en Valdemar y sacarnos de "pobres"… De vez en cuando sacamos algún autor español, que conste… El tema es que para subsistir hay que sacar títulos comerciales y títulos de riesgo… Si sacas un libro de Baron Corvo, por ejemplo, tienes que compensarlo con uno de Stevenson y otro de un autor similar de conocido… lo que pierde uno, te lo compensan los otros… He de decir que editar autores españoles sería la ruina… (analizar esto sería muy prolijo)… parece que todos queremos leer a autores españoles, pero luego miras las cifras de ventas y es desolador… snif… para colmo, los autores consagrados y los críticos desprecian los géneros… ¿Qué autor dice es España que hace novela policiaca? Ninguno… como mucho dirán que hacen "crónica urbana", un eufemismo para curarse en salud… Répondre
irene on 24 mayo, 2003 at 3:57 pm Pero todos sabemos lo que escribe Juan Madrid, vístase como se vista. Répondre
jaime on 25 mayo, 2003 at 1:33 pm Vázquez Figueroa, Reverte, Marías, Prada y hasta J.J. Benítez venden, y además muchísimo. En terror, y aunque haya algún francotirador que cultiva terror de elite más que horror popular, no hay nadie. En histórica hasta un tío como J.L. Corral que, a mi modesto entender, es un mal escritor y bastante aburrido. Una vez dijo alguien, y estuvo muy arriba en el mundo editorial mientras vivió, que los extranjeros te dan de comer y el español, uno de veinte, te hace ganar pasta de verdad. No revelaré quién fue, pido comprensión por esta omisión, pero os aseguro que le fue muy bien. Répondre
Barsoom on 25 mayo, 2003 at 2:04 pm Pareces estar muy metido en el mundillo, y yo no, así que hablaré como pobre y humilde mortal. Creo que los españoles en el mundillo de la cf, fantasía y terror pueden llegar a vender para recuperar gastos puesto que nos estamos dando cuenta que no son tan buenos, que se repiten como el ajo y han decepcionado algo. Los nombres que citas son escritores que venden fuera, y eso es bueno. Pero son casos contados, y esas editoriales que los publican apelan más a autores extranjeros. El no apelar a la realidad propia distancia a un libro del lector, pero este es un país algo cainita. Ahora bien, salvo que sea una editorial grande, muy grande, las posibilidades de optimizar a un español no dan para mucho. Personalmente creo que las apuestas españolas pueden ser interesantes (no hay traducción ni anticipo americano) para ganar mercado sin perder dinero, pero no veo a ninguno de ellos siendo un best-séller. Y ojo, me gustaría mucho que lo fueran. Répondre
Xuart on 25 mayo, 2003 at 3:03 pm Unos pocos autores españoles sí venden, pero entre unos pocos, el puñado de los elegidos, y la mayoría existe una notable diferencia. ¿Cómo identificas al caballo ganador? Eso no se sabe, hay grandes fiascos inesperados aunque se hubiera podido intuir que ese autor apuntaba maneras. Creo que toda editorial sigue publicando autores españoles porque le gusta lo que hace y se permite un par de apuestas al año en la esperanza de que aparezca la gran esperanza blanca. Evidentemente, alguna vez se produce. Pero el riesgo es enorme. Creo que deberíamos empezar a agradecer las apuestas que hacen en lugar de recriminarles un comportamiento que, probablemente, tampoco seguiríamos nosotros mismos si llevásemos las riendas de una editorial, algo bastante difícil y cansado (prefiero leer libros sin preocuparme de nada más). Répondre
hur on 25 mayo, 2003 at 11:57 pm El editor se juega su dinero, de modo que hay que respetar sus decisiones. Pero cualquier bandera de enganche en el gran mundo debería ser patria. En el caso que comenta melmoth, siendo una editorial que apuesta por recuperar los muchos clásicos, entiendo su planteamiento y alabo que apueste casi, casi por una causa perdida. Entiendo que es una apuesta por la calidad, más allá de saber cuán exiguas van a ser las cifras de venta. Si quisiera vender actualidad, lo consideraría un error porque la actualidad exige banderas a las que seguir, y ningún yanqui es bandera (aunque pueda dar pa$ta). Répondre
lucas on 26 mayo, 2003 at 3:21 am Hombre, pero eso no significa nada. Me gustan ciertos óperas de Wagner y soy de izquierdas, los nazis se apoderaron de cierto tipo de música, y eso no me etiqueta. Por curiosidad, existe alguna versión escrita del guión del film "Raza". Répondre
juanmat on 30 mayo, 2003 at 6:46 am Empecemos a ser adultos y separar la obra del autor (quien siempre va a tener vicios y defectos). Répondre
Caminante on 24 junio, 2003 at 6:47 am Una novela excelente que me ha hecho pasar muy buenos ratos. Me alegra poder leerla en su edición íntegra. ¿Alguien sabe cuándo salen las continuaciones? Répondre
Catai on 26 junio, 2003 at 4:12 am Pues eso te podrán responder los editores o el traductor, que andan por estas páginas. Répondre
Salva on 21 julio, 2003 at 5:57 am Hay una novela con mucha fama, La Bandera, de un escritor francés, que dicen es muy buena, aunque está ambientada creo en la legión española y no la francesa. Lo que no sé es si son comparables por temática, pero tengo entendido que es también de aventuras. Répondre
DrX on 23 julio, 2003 at 3:04 am Pierre Macorlan es el autor de La Bandera y, aunque tiene un tono tardorromántico, poca o nula relación se puede encontrar entre esa novela y Beau Geste. Répondre
DrX on 26 julio, 2003 at 9:12 am La bandera es una novela de un escritor francés acerca de un delincuente galo que tras cometer un asesinato huye y en Barcelona se enrola en la legión española. El otro protagonista es un policía español que se enrola también para descubrirle. Hubo una película francesa, y muy famosa, rodada antes de la guerra civil española. Répondre
P.C. Wren on 25 agosto, 2004 at 9:34 pm De P.C. Wren debieran publicarse todas sus novelas. Beau Geste es una trilogia con Beau Sabreur y Beau Ideal; pero no hay que olvidar La Serpiente y la Espada, Los hijastros de Francia, Simbad, Soldados de Infortunio, Un fuerte en la Jungla, El arca, El misterio de los Way. Uniforme de gloria, etc. No escribe sobre la guerra sino sobre la milicia. La relacion citada es enunciativa no exhaustiva. Su estilo está en la línea de Rudyard Kipling, J. Mason, Peter B. Kyne. No va con los tiempos actuales y por eso es más de apreciar. Répondre
I on 26 agosto, 2004 at 8:27 am Sólo puedo hablar de Soldados de Infortunio y Un fuerte en la Jungla, están muy bien. Puede que haya algo de polvo en cuanto a los valores, pero son muy entretenidos. Répondre
P.C. Wren on 26 agosto, 2004 at 1:01 pm Sin leer El salario de la virtud y El hombre de un fantasma además de los enunciados la impresión es incompleta. Los valores no tienen polvo; son intangibles. En las obras de P.C. Wren no los hay; tienen que estar en sus lectores. Répondre
Santiago LCL on 31 diciembre, 2004 at 7:15 pm Los valores siempre estan en uno mismo. Se tienen o no se tienen. No obstante , en mi opinion , P.C. Wren intenta transmitir en sus obras sus ideales , pasines , miedos y experiencias. Eso tambien son valores. En cuanto a la pelicula , es buena y entretenida pero la novela es muy buena , la lei siendo niño y siempre la recordare. Répondre
wolf on 2 febrero, 2005 at 7:41 pm Yo la lei siendo jovencito, pero entiendo que deberiamos hablar de la trilogia completa, que es como yo lo leí, y del tiron. Répondre
Lucas on 26 febrero, 2005 at 3:46 pm Me la acabo de leer y me lo he pasado muy bien. Es aventurera y entretenida, lo que más le pido a un libro, aunque uno libro así me hace gracias, pero otro no me lo echaría al coleto de tacada. ¿Por qué se hacen tan pocos libros de aventuras en nuestros días? Répondre
Ernesto on 27 febrero, 2005 at 11:39 pm Tampoco quedan tantos escenarios para la aventura ni tantos aventureros (en Occidente). Parece como si después de los 70 todo se hubiera anclado y se mira hacia atrás. Répondre
Caesar on 1 marzo, 2005 at 2:26 am No estoy de acuerdo. Sobran escenarios porque sobran guerras. Desde lo de Bosnia a todos los conflictos del tercer mundo. Creo que la aventura está más en el best seller que un género específico. Répondre
Fede on 10 julio, 2007 at 11:18 pm La bandera es una gran película de Julien Duvivier con Jean Gabin en el papel protagonista. La película es enormement fiel a la novela. Un dato curioso es que la película, rodada unos años antes de nuestra guerra, está dedicada al entonces popular general Franco. Répondre
Alberto on 11 julio, 2007 at 9:57 am Hay una reseña del libro: https://interplanetaria.com/ficha.php?id=legiband Répondre
janchu on 2 septiembre, 2010 at 5:03 am Necesito comprar Soldados de infortunio, pago lo que sea. Muchas gracias Répondre
bookholic on 18 enero, 2011 at 12:19 pm No es una trilogia consta de 5 libros… te falta leer GOOD GESTES y SPANISH MAINE. Mucha suerte con el inglés! Bookholic Répondre
agustin9999 on 2 septiembre, 2011 at 2:15 pm Tengo un ejemplar que incluye además Beau Geste más el El misterioso Sr. Waye: 636023803 y avelloso999@gmail.com Répondre