Cuentos únicos (edición ampliada)

Esta antología es insólita, no sólo por la calidad de sus cuentos sino por la pretensión de dar cabida a aquellos escritores que acertaron en la diana de la calidad indiscutible una vez, y ese resplandor único se limitó a quince, veinte o veinticinco páginas a lo sumo. Estos clásicos desconocidos obedecen exclusivamente a que sus autores no repitieron ese acierto nunca más. Así, tenemos relatos de Martin Armstrong (El fumador de pipa), Nugent Barker (El anuncio), un londinense tan olvidado que siquiera se tiene constancia de su muerte, Benson (La otra cama), Oswell Blakeston (seudónimo de Henry Joseph Hasslacher), Thomas Burke (El hombre hueco), uno de los mejores conocedores de los bajos fondos londinenses del primer tercio del siglo XX, el famoso Winston Churchill, ensayista y político que hizo sus pinitos en la literatura terrorífica, y Hombre al agua es una buena muestra de ello, John Collier (Así niego a Beezly), Polly Morgan, James Denham (La canción de Lord Rendall), uno de los clarísimos talentos literarios malogrados durante la II Guerra Mundial, Wilfrid Herbert Gore Ewart (Los bajíos), un talento muerto a los 30 años y que dio pie a Negra espalda del tiempo de Javier Marías, y un largo etcétera.

Javier Marías, el antologista, ha introducido variantes respecto a la primera edición de esta antología, aparecido hace quince años. Se han incorporado tres nuevos autores (Perceval Landon, Meyerstein y Munby) y se ha actualizado la biografía de autores a los que podemos calificar de huidizos cuando menos.