El mito de Júpiter

Marco Didio Falco, investigador privado, acaba de regresar al mercado con El mito de Júpiter, una nueva novela, la catorceava de la saga, y a Britania, escenario de su primera irrupción con la obra La plata de Britania. Lindsey Davis constituye uno de esos fenómenos infrecuentes en el mundo editorial. Ingenio, tramas dignas, una exhaustiva documentación histórica, un refinado humor británico y unas relaciones familiares tan pedestres como inacabables explican el éxito de la autora. En esta ocasión, Marco visita Londinium en una época de esplendor, ya posee foro, anfiteatro y una incipiente mafia local. Davis entremezcla la investigación pura con la apasionada reconstrucción de los bajos fondos londinenses en el reinado de Vespasiano.
Lindsey Davis nació en Birmingham en 1950, estudió literatura inglesa en Oxford y pasó ciertas penurias económicas hasta alcanzar el reconocimiento (Ellis Peters Historical Dagger de 1998 y Sherlock en 1999). Ha cultivado casi en exclusiva un subgénero que estuvo muy boga hace un par de años, el de los detectives históricos. Probablemente, y con la loable excepción de Gordiano el Sabueso, la mayoría de ellos han respondido a una moda que vivía en la mixtura contra natura entre el género negro más light y la historia.
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La novela en sí misma no despierta mi interés, aunque confieso sin rubor me tragué parte de la serie, hasta El oro de Poseidón para ser exactos. Ahora bien, lo del subgénero de los detectives históricos, sí, sin duda.
En general me parece que tanto el mencionado Gordiano el Sabueso de Saylor como las primeras entregas de estas saga eran dignas, al menos si se las compara con cosas que he visto luego: detectives en Egipto, medievales o en la Cartago de los Barca.
Me encona especialmente esta prostitución de la historia, aunque aquí la defiendo porque se quitan la careta. Me jode mucho más cuando intentan encastillarse tras toneladas de documentación histórica para reescribirla. Cualquier día descubriremos, creo que ya la hay, a Aníbal encabezando el partido social demócrata púnico tras perder la guerra.
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Me dejas algo confusa, no sé si te gusta o disgusta todo el subgénero. A mí me encanta, vaya por delante
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Lindsey Davis puede llegar a ser verdaderamente soporífera con sus misterios forazadas, su picaresca sin gracia y sus personajes planos.
Mejor sería que cambiase un poco de registro. Ella y más de uno, que empezamos a estar artos de curas detectives, romanos detectives y ¡hasta monjas detectives! Algún día sacarán novelas de neandertales detectives.
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Hmmm… Neanderthales detectives. Me gusta la idea, ¿se ha hecho antes? XDDD
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Este tipo de libros me producen náuseas, de verdad. Y no es las peores, por cierto. La mentalidad de una dama victoriana cambiando el escenario por una Roma reinterpretada. Creo que existe cierta diferencia entre hacer novela histórica y utilizar la historia como un telón de fondo que permite pasarse la verdad por el forro de los c…
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Perdón, firmado
Javier Rodrigo (némesis de Luciérnaga, que he visto el nick pillado).
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Vaya por delante que no estoy de acuerdo con tu opinión. Hay recreaciones históricas muy buenas, como El puente de Alcántara, en la que se dan conjunción calidad literaria y una buena historia, aunque sea falsa.
Tampoco me parece útil ser tan duro. Leí la primera novela y no me pareció una novela mala. Era un punto de vista interesante, lo que ocurre es que todo acaba cansando cuando se estira como el chicle.
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¿Alguien tiene más datos sobre la serie y su autora?
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Visita la web de la autora: http://www.lindseydavis.co.uk/
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Ahí van un par de enlace más
http://www.geocities.com/Athens/Atrium/3964/falco.htm
http://www.laverdad.es/fiestas/cyr2002/suscr/necnovelas.htm
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Por cierto, ya me le he leído. La saga pierde fuelle conforme pasan los números, pero hay que reconocer que la recreación histórica es más que notable.