La delicadeza

Encontrar la felicidad definitiva es el objetivo de vida de muchos de nosotros, creemos que es un estado al que se puede llegar al igual que se llega a la cima de una montaña. No es raro que vivamos obsesionados con esa idea, y una vez que creemos haber alcanzado esa felicidad que queríamos entonces nos obsesiona la idea de no perderla. Este era precisamente el miedo más grande de Nathalie, que toda esa felicidad trajera emparejada la desgracia.

En La delicadeza, Nathalie conoce al hombre de su vida en una cafetería parisina, se casan y comienzan una vida juntos rodeada de amor y felicidad, hasta que la tragedia golpea a su puerta. François muere arrollado por un coche mientras da su habitual trote matinal. Y, de pronto, toda la vida de Nathalie se queda vacía.

A partir de esta inesperado revés del destino Nathalie se abandonará al dolor y transformará toda su energía en obsesión por el trabajo. Pero es aquí donde la vida le tiene preparada una nueva sorpresa de manos de un tímido y solitario colega de cuya existencia apenas repara Nathalie. Por supuesto ella no sospecha que, pese a que se niega a continuar con una vida que ahora carece de sentido, tarde o temprano el amor volverá a iluminar sus días.

En esta preciosa novela, el francés David Foenkinos nos deja ver cómo en la vida todo se puede transformar, y que incluso el peor de los dolores puede ser la tierra apropiada para que crezcan nuevas ilusiones. Una novela que irradia la belleza sutil de lo que sólo se logra si actuamos con delicadeza.

David Foenkinos ha visto cómo La delicadeza ha sido llevada al cine el año 2011 y protagonizada por Audrey Tautou (Amélie), como suele suceder con aquellos libros que han tenido una importante acogida entre el público y la crítica.