La vieja guardia

La vida en la Tierra transcurre sin demasiados contratiempos. Sin embargo, en el universo se está librando una guerra sin cuartel por los últimos planetas todavía deshabitados de la galaxia. El ejército que defiende la causa de la humanidad está formado por ancianos. Ancianos a los que se les da el cuerpo de un joven de veinte años. Sin perder un ápice de los conocimientos y experiencias de su vida anterior, sus nuevos cuerpos les harán redescubrir sensaciones que la vejez había sumido en el olvido, sentirán de nuevo el vigor de la juventud, la atracción, el deseo y el sexo recobrarán sentido. Sin embargo, el precio que pagarán por semejante regalo es alto: viajarán a un lugar remoto e inhóspito donde lo único importante será luchar y tratar de sobrevivir. Y nunca se les dará la posibilidad de regresar a la Tierra.

«Apasionante y de una originalidad sorprendente. Sin los sermones de Tropas del espacio y con mucho más sexo que La guerra interminable. Divertida, triste, auténtica.»

CORY DOCTOROW

ANTICIPO:
Preparación para la batalla.

Primero, comprobar los sistemas del fusil de infantería MP-35. Esto es la parte fácil: los MP-35 se autoexaminan y autorreparan, y, en un instante, pueden usar material del bloque de municiones como materia prima para arreglar un desperfecto. La única manera en que se puede estropear para siempre un MP es colocarlo en el camino de un misil. Como es probable que estés pegado a tu arma en ese momento, si se produce el caso, tienes otros problemas de los que preocuparte al margen de tu fusil.

Segundo, ponte tu traje de guerra. Se trata del unicapote estándar autosellador que te cubre todo menos la cara. El unicapote está diseñado para que te olvides de tu cuerpo durante la batalla. El «tejido» de nano-robots organizados deja entrar la luz para la fotosíntesis y regula el calor: en un iceberg ártico o en una duna del Sahara, la única diferencia que tu cuerpo advierte es el cambio visual de escenario. Si de algún modo consigues sudar, tu unicapote te limpia, lo filtra y almacena el agua hasta que puedas transferirla a la cantimplora. Puedes tratar la orina del mismo modo. Defecar en tu unicapote generalmente no está recomendado.

Si recibes una bala en la barriga (o en cualquier otra parte) y el unicapote se endurece en el punto de impacto y transfiere la energía de la superficie del traje, es mejor que permitir que la bala te atraviese. Resulta enormemente doloroso, pero es más aconsejable que dejar que la bala te vaya rebotando por los intestinos. Por desgracia, el endurecimiento y la transferencia de energía sólo funciona hasta cierto punto, así que evitar el fuego enemigo sigue siendo la orden del día.

Añade el cinturón, que incluye tu cuchillo de combate, tu herramienta multiusos (que es lo que un cuchillo del ejército sui/.o quiere ser cuando sea mayor), un refugio personal impresionantemente plegable, la cantimplora, una semana de galletas energéticas y tres cananas para bloques de munición. Cúbrete la cara con crema cargada de nano-robots, que interactúa con tu unicapote para compartir información medioambiental. Conecta el camuflaje. Trata de encontrarte en el espejo.

Tercero, abre un canal CerebroAmigo con el resto de tu escuadrón y déjalo abierto hasta que regreses a la nave o mueras.

Yo creí que había sido muy listo al recurrir a eso en el campamento de instrucción, pero resulta que es una de las reglas más .sagradas durante el fragor de la batalla. La comunicación vía CerebroAmigo implica que no hay órdenes ni señales poco claras… ni sonido de voz que revele tu posición. Si oyes a un soldado de las FDC durante el calor de la batalla, es porque es estúpido o bien está gritando porque lo han alcanzado.

La única pega de la comunicación CerebroAmigo es que tu CerebroAmigo puede enviar también información emocional si no estás prestando atención. Si de repente sientes que te vas a mear encima de miedo, es algo que puede distraerte al menos hasta que te das cuenta de que no eres tú quien está a punto de vaciar la vejiga, sino un compañero de escuadrón. También es algo que ninguno de tus compañeros de escuadrón te permitirá olvidar nunca. Enlaza solamente con tus compañeros de escuadrón: si intentas mantener un canal abierto con todo tu pelotón, de repente sesenta personas estarán maldiciendo, luchando y muriendo dentro de tu cabeza, cosa que no te hace ninguna falta.

Finalmente, olvídate de todo excepto de seguir las órdenes. Mata a todo aquello que no sea humano y siga con vida. Las FDC te lo ponen sencillo: durante los dos primeros años de servicio, todo soldado es infante, no importa si en tu vida previa fuiste conserje o cirujano, senador o vagabundo callejero. Si consigues sobrevivir a los dos primeros años, entonces tienes la oportunidad de especializarte y ganar un billete colonial permanente en vez de deambular de batalla en batalla y ocupar el hueco de funciones de apoyo que todo cuerpo militar tiene. Pero durante dos años, lo único que tienes que hacer es ir adonde te manden, apostarte detrás de tu fusil, y matar y sin dejar que te maten. Es simple, pero simple no es lo mismo que fácil.

Hacían falta dos disparos para abatir a un soldado consu. Eso era nuevo: ninguno de los datos de inteligencia sobre ellos mencionaba que tuvieran un escudo personal. Sin embargo, algo les permitía sobrevivir al primer impacto; éste los hacía caer sobre lo que podríaamos considerar que era su culo, pero volvían a levantarse de nuevo en cuestión de segundos. Así que dos disparos: uno para abatirlos, y otro para dejarlos abatidos.

Dos disparos en secuencia sobre el mismo blanco móvil no es algo fácil de conseguir cuando estás disparando desde varios cientos de metros de distancia en un campo de batalla muy concurrido. Después de comprender esto, hice que Gilipollas creara una rutina de fuego especializada que al apretar el gatillo disparaba dos balas, la primera, de punta hueca, y la segunda con carga explosiva. La especificación fue transmitida a mi MP entre disparos: un segundo estaba disparando munición de fusil estándar y al siguiente ya estaba usando mi mataconsus especial.

Me encantaba mi fusil.

Transmití las especificaciones de fuego a Watson y Viveros; Viveros la transmitió a la cadena de mando. En cosa de un minuto, el campo de batalla se llenó del sonido de rápidos disparos dobles, seguido de docenas de consu reventando cuando las cargas explosivas lanzaban sus órganos internos contra el interior de sus caparazones. Parecían palomitas de maíz reventando. Miré a Viveros. Ella apuntaba y disparaba sin emoción ninguna. Watson disparaba y sonreía como un niño al que acaba de tocarle un muñeco de peluche en la feria del pueblo.

«Uh oh -envió Viveros-. Nos han localizado, agachaos…»

-¿Qué? -dijo Watson, y asomó la cabeza. Lo agarré y lo hice agacharse mientras los cohetes chocaban contra los peñascos que estábamos usando como cobertura. Nos roció la grava recién formada. Alcé la cabeza justo a tiempo de ver un trozo de peñasco del tamaño de una bola girar locamente hacia mi cráneo. Lo detuve sin pensar: el traje se puso duro por todo mi brazo y el pedrusco rebotó en él como una perezosa pelota blanda. Sentí un agudo dolor en el brazo; en mi otra vida fui propietario de tres huesos de esa extremidad terriblemente mal alineados. No volvería a hacerlo de nuevo.

-La leche jodida, ha estado cerca -dijo Watson.

—Cierra el pico —repliqué, y le envié a Viveros: «¿Ahora qué?»

«Aguantad», envió ella, y sacó su herramienta multiusos del cinturón. La convirtió en espejo, y la usó para asomarse por encima del peñasco. «Seis, no, siete vienen subiendo…»

De pronto hubo un krump cercano. «Cinco», corrigió ella, y cerró su herramienta. «Preparad las granadas y seguidme cuando nos movamos…»

Asentí, Watson hizo una mueca, y cuando Viveros envió «Ahora» todos lanzamos las granadas por encima del peñasco. Conté tres cada uno; después de nueve explosiones resoplé, recé, me asomé y vi los restos de un consu, otro arrastrándose aturdido desde nuestra posición, y dos buscando ponerse a cubierto. Viveros se encargó del herido; Watson y yo abatimos a los otros dos.

—¡Bienvenidos a la fiesta, caraculos! —aulló Watson, y luego saltó exultante por encima del peñasco justo a tiempo de ser alcanzado en la cara por el quinto consu, que se había adelantado a las granadas y había permanecido agachado mientras barríamos a sus amigos. El consu colocó el cañón de su arma ante la nariz de Watson y pisparó; la cara de éste se convirtió en un cráter y luego brotó hacia fuera en forma de geiser de SangreSabia y tejido cuando lo que antes era la cabeza se desparramó sobre el consu. El unicapote de Watson, diseñado para endurecerse al ser alcanzado por los proyectiles, lizo exactamente eso cuando el disparo alcanzó la parte posterior la capucha, encerrando el disparo, la SangreSabia, y trozos de cráneo, cerebro y CerebroAmigo presurizados y con una única apertura disponible.

Watson no supo qué lo había golpeado. Lo último que envió por el canal de su CerebroAmigo fue una oleada de emoción que mejor podía definirse como asombro desorientado; la leve sorpresa de alguien que sabe que está viendo algo que no esperaba pero aún no ha descubierto qué. Entonces su conexión se interrumpió, como un Suministro de datos cortado de repente.

El consu que le había disparado a Watson cantó mientras le volaba la cara. Yo había dejado encendido mi circuito traductor, y por eso vi la muerte de Watson subtitulada con la palabra «Redimido» repetida una y otra vez mientras pedazos de su cabeza formaban lágrimas de sangre sobre el tórax del consu. Grité y disparé. El consu se desplomó hacia atrás y su cuerpo explotó mientras bala tras bala se introducían bajo su placa torácica y estallaban. Creo que gasté treinta balas en el consu ya muerto antes de pararme.

-Perry- dijo Viveros, pasando a su voz para sacarme del estado emocional en que yo estaba-. Vienen más de camino. Hora de moverse. En marcha.

-¿Qué hay de Watson? -pregunté.

-Déjalo -respondió Viveros-. Él está muerto y tú no, y de todas formas no hay nadie para llorarle. Más tarde volveremos a por el cadáver. Vamos. Sigamos con vida.

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Interplanetaria

11 Opiniones

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    Wamba
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    Acaba de publicar Minotauro el libro de John Scalzi La vieja guardia (Old man´s war). Lo leí en su momento en ingles y fue una gran sorpesa. Cuando parecía q ya no iba a salir nada bueno del mundo anglosajón, me tope con esto. Sería algo as´como Spaceship troopers sin los sermones fascistas ni el puritanismo que tenía aquel libro, para entendernos. Muy divertido, con mucho ritmo, inteligete y con bastante mala hosta y cinismo. La recomiendo muy mucho.

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    Vengador
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    La tenía como candidata para la mía The pila y tu recomendación ha acabado de convencerme.

    No obstante, aún a riesgo de caer en el debate más recurrente de la ciencia-ficción mundial, ¿Tropas del espacio, fascista y puritana? La verdad es que a Heinlein se le ha tachado siempre de fascista, racista (y probablemente, del Atlético de Madrid) por las ideas que expone en sus libros. Personalmente no estoy nada de acuerdo.

    Por cierto, y sin que venga a cuento, me hizo mucha gracia el homenaje que le hacen Niven y Pournuelle en Ruido de pasos.

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    Wamba
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    No he leído Ruído de pasos, ntentaré echarle un vistazo. o del fascismo de Heinlein en esta obra me parece bastante evidente. Es una dictadura militar en la que los militares tomaron el poder porque era lo mejor para todos, ya que el gobierno de los científicos llevaba al caos y la destrucción del mundo. Me recuerda mucho a aquello de que una dictadura es un sistema político aceptable para salvar a una democracia en crisis. Pero eso no quita que, por un lado, Heinlein también meta punzadas en el costado de los fascistas (acusa al sistema de tendencia a la burocracia y de deshumanización); y por otro lado es una novela divertidísima.

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    Vengador
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    Hombre, por lo que yo recuerdo en lugar de una dictadura militar el sistema político de Tropas del espacio es una democracia con la salvedad que solo tienen derecho a votar y presentarse a las elecciones los que han pasado por el servicio militar. No hay ingerencias militares en las decisiones políticas y encima el alistamiento es voluntario, incluso tratan de amedrentar a los voluntarios que se presentan alegremente.

    Más o menos lo que Heinlein propone es un filtro para la clase política extensible a los votantes. Recuerdo cuando lo leí en su momento que me pareció muy radical, pero la verdad es que cada vez que veo una sesión de nuestro Congreso me pregunto si no sería conveniente un examen de ingreso básico antes que permitir ejercer de diputado a más de un rumiante y más de un berraco. De hecho, cada vez un gorila de puerta me impide el paso a algún garito me pregunto por qué extraña razón el voto de ese jabalí vale lo mismo que el mío (o más, si encima el tío no vota en Madrid).

    Y ahora no me os escandaliceis todos con tales pensamientos que seguro que más de uno se lo ha planteado alguna vez.

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    malvolio
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    Creo que el asunto es que a veces usamos con demasiada liberalidad la palabra "fascista". Creo que Heinlein es un radical de derechas yanqui, o un liberal radical. Sus novelas destilan un amor desaforado por lo castrense (el era militar, ¿no?), al lado de una liberalidad sexual desaforada, y de una defensa por la democracia a hostias…

    Pa mi es un radical.

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    Wamba
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    Vengador, te doy la razón totalmente en lo de la democracia. Y, i te sirve de consuelo, cuand veo las manis en Valladolid o Burgos contra el tema catalán de turno, me pregutno porque un diputado allí cuesta una tercera parte de lo que cuesta en Barcelona. Aunque hace ya un tiempo que he asumido que, en ese Estado, no todos somos iguales. Gobierne quien gobierne. Aunque no digais por ahí que he dicho esto, que si no ya me dirán que soy un catalanista-independentista-radical-amigo de los terroristas.

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    Vengador
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    Pues ya me leí La vieja guardia y comparto la opinión con Wamba. Por fin un soplo de aire fresco en la cf, y sin demasiadas complicaciones.

    El libro es una mezcla entre Tropas del espacio y La guerra interminable, algunos paralelismos argumentales son evidentes, de modo que no puede definirse como original. ¿Qué tiene para que me haya gustado más que toda la "innovación" de los últimos años?

    Pues, aunque no sea original, tiene sentido de la maravilla: engancha pronto y pasas página tras página en busca de un nuevo prodigio. Hacía años que no me sucedía.

    La tecnología es un elemento, no un argumento. Es decir, no hay parrafadas interminables explicando los principios físicos de tal o cual cachivache; simplemente los ves actuar.

    Tiene sentido del humor y mucha mala leche. Nada de estos protagonistas serios y grandilocuentes absolutamente peñazos con los que nos han estado martirizando.

    Y tiene aventura, que si el space opera era la nueva literatura de frontera es algo que tenía olvidado más de un autor.

    Y con qué receta tan sencilla (y lo dicho, no especialmente original) se construye una buena novela de ciencia ficción. A ver si toman nota más autores.

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    coronel pike
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    Yo creo que los votos de Vengador y de Wamba debían de valer por siete. Los de Vengador por ser de Madrid y no poder entrar en algunas discotecas, y los de Wamba por ser catalán y haber estudiado historia. Vaya par de gemelas.

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    alice
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    Totalmente de acuerdo!! son mejor que pili y mili. mejor que las grecas. mejor que baccara!

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    Vengador
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    Acabo de encontrar en la Feria del Libro Las brigadas fantasma, del mismo autor y continuación de La vieja guardia.

     Las brigadas fantasma

    Naturalmente, lo he comprado. Ya contaré.

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    Wamba
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    Me dijo Paco García, editor de Minotauro cuando salió La vieja guardia, que esta segunda parte estaba bien, pero no llegaba a la altura del primero. Ya me dirás si tenía razón, que yo no lo he leído.

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