← La ira de los dioses Aldebarán → Los hijos de Gea I. En Algún lugar de Orión octubre 10, 2009 1 Opinión Natalia Corbillón González ¿Qué ocurría si una mañana te levantases y descubrieses un extraño tatuaje sobre tu piel? ¿Si durante varias semanas, la misma pesadilla se repitiese noche tras noche? ¿Si de repente, tu cuerpo fuese capaz de moverse de una forma casi sobrenatural? Todo esto le sucede a Nicole, una joven de dieciséis años que ve su tranquila vida truncada al descubrir que ha sido elegida para, algún día, ser una Guardiana de la Orden de Alnilam, una de las diez casas que forman La Unión de Orión. Descubrirá una realidad paralela a la suya, donde dos organizaciones han llevado la enemistad surgida entre el gigante griego Orión y su asesino, Scorpius, durante más de dos mil años. Para guiarla en su aprendizaje, estará Gabriela, una Guardiana entregada a su Orden que descubrirá que la línea que separa el odio y el amor puede ser demasiado fina si el destino es quien mueve los hilos de la lógica. ANTICIPO: ¿DÓNDE ESTÁS? Poco después de que las dos chicas la dejaran sola, Gabriela se colgó su arco a la espalda y abandonó el Refugio. Cobijada por las sombras nocturnas se dirigió a su refugio personal, en la cima de uno de los edificios del perímetro barcelonés. Allí descargó toda su ira contenida contra la diana enclavada en la pared. Su rostro endurecido apenas notaba la húmeda bruma que se condensaba a su alrededor. A esas horas apenas soplaba un leve airecillo, pero fue suficiente para traerle el ya conocido olor que tanto odiaba. Con los músculos tensos se dio la vuelta para ver a Arion posarse sobre la cornisa del edificio. El joven estaba ataviado con el traje negro típico de los Enviados, envuelto en su brillante capa negra. Mirándola fijamente, descruzó los brazos y echó la capucha de la capa hacia atrás. – Desde luego, es difícil encontrarte siempre en el mismo lugar. –dijo él. Gabriela permaneció con el rostro duro y sereno, intentando controlar sus emociones. Ignorando el comentario del Enviado, le dio la espalda y tensó el arco nuevamente. La situación casi le parecía surrealista. En ocasiones normales nunca le habría dado la espalda a un Enviado. – Doy por supuesto que ya tienes controlados todos mis movimientos. –le dijo sin alterarse, mientras una flecha silbaba en el viento, antes de clavarse en el centro de la diana. – No fue difícil dar con tus datos. Aunque he de reconocer que tu amigo inglés nos lo puso difícil. –La sola mención de Paul hizo que la sangre de Gabriela hirviera de odio dentro de sus venas. Clavó una desatada mirada airada en los ojos de Arion, que permaneció imperturbable, aunque apartó la vista. – Veo que te entrenas bien. –le dijo con tono tranquilo, pero frío, cambiando de tema. – Quiero estar preparada para cuando me tope con alguno de vosotros. –contestó fieramente la Guardiana. La cólera ardía nuevamente en sus pupilas mientras apretaba con fuerza los puños. El hombre, al contrario, parecía impasible, ignorando su actitud. – Aquí me tienes, ¿a qué esperas, entonces? –la instó –Dispara. –le dijo con un tono frívolo y arrastrado. Gabriela sintió que un fervor negro la inundaba por dentro quemando lo que encontraba a su paso. En su batalla interior por mantener el dominio de su mente, el desprecio por Arion salió a la superficie como lava en un volcán. Con un grito de rabia, tensó el arco hacia el joven y sin poder contenerse, hizo vibrar la cuerda cuando la flecha salió de sus manos. El joven hizo un ágil movimiento y la atrapó a escasos centímetros de el. Esbozó una leve sonrisa mientras observaba la flecha y después a la joven Guardiana. La apuntada astilla no le habría dado aunque el no la hubiese parado. Habría pasado a más de diez centímetros del cuerpo del hombre. Inconscientemente, la mano de Gabriela había desviado la trayectoria de la flecha. Nuevamente sus dos “yo” habían librado una batalla, y esa guerra se había trasladado al arco. – Guarda bien esta flecha. –le dijo el Enviado tendiéndole la fina arma –tendrás más ocasiones de usarla contra mí. –se cubrió el rostro bajo la enorme capucha negra y se alejó hacia el borde de la azotea. Justo antes de verlo precipitarse al abismo, Gabriela recobró lo voz y gritó apretando los puños. ¡La próxima vez no fallaré! –sintió que las lágrimas asomaban a los ojos y en su desfallecimiento, soltó su arco, que cayó al suelo, y se dejó caer contra los muros del altillo que daba acceso al edificio. Hundió la cabeza entre las rodillas y ocultó su rostro bajo el pelo suelto para que nadie pudiese ver su llanto. “¿Dónde estás?” gimió en silencio, buscándose a sí misma en el fondo de sus recuerdos. Tweet Acerca de Interplanetaria Más post de Interplanetaria »
Noticias on 5 octubre, 2009 at 9:10 pm Mandala Editores tiene el placer de anunciar la presentación oficial de una nueva colección literaria con la que desea explorar nuevas ramas, fuera de su especialización actual. La obra con la que hemos decidido estrenarnos, Los Hijos de Gea, es una trilogía de que mezcla la realidad y la ficción en una nueva forma de ver la literatura fantástica. Es una obra que pretende no solamente gustar al público infantil y juvenil, sino atraer a este campo a lectores que hasta el momento no se sentían cercanos a él. El primer tomo de esta trilogía, En algún lugar de Orión, tiene como escenario principal la ciudad de Barcelona, motivo por el cual hemos escogido dicha ciudad para la presentación en sociedad de nuestra nueva apuesta literaria. Los actos tendrán lugar el día 10 de octubre en el Centro Gallego Saudade (c/Chapi 18-20) a las 18:00 y el 14 del mismo mes en la librería Catalonia (Ronda de Sant Pere 3) a las 19:30 de la tarde. Contaremos con la presencia de la autora del libro, Natalia Corbillón González, la también escritora Marina Alcolado y el ilustrador del mismo, el esloveno Urban Breznik. Mandala Editores es una editorial con casi 30 años de experiencia en el campo de las terapias alternativas, el desarrollo personal y la ecología. Con esta nueva colección Sueños, queremos apostar por un nuevo enfoque en nuestra producción, buscando nuevos valores literarios en un mercado literario estancado en la filosofía de los “valores seguros y conocidos”. Queremos contribuir no sólo a los sueños de quienes escriben, sino de aquellos que leen. Queremos acercar al lector nuestro trabajo y el trabajo del autor, iniciando un campo de contacto constante y directo entre los mismos, ya que, desde el momento en el que todos abrimos un libro por la primera página, estamos compartiendo un mismo sueño. Répondre