Tres detectives americanas

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Entre las múltiples series detectivescas que podemos encontrar en el mercado, hay tres que me gustaría reseñar por su interés. Son las series de la cazarrecompensas Stephanie Plum de Janet Evanovich, la de la detective Kinsey Millhone de Sue Grafton, y la de la también detective Vic Warshawski de la autora Sara Paretsky. Como queda claro por sus nombres nos encontramos con tres mujeres que son protagonistas de novelas negras, fenómeno relativamente moderno, pero que ya no resulta curioso ni insólito. Proponiéndonos nuevos tipos de personajes detectivescos. Por supuesto las tres son norteamericanas, Kinsey Millhone de California, pero no de la típica California de Los Angeles ni de San Francisco, sino de una pequeña ciudad costera llamada Santa Teresa, la Warshawski corre sus aventuras por Chicago, y la insólita Plum por una ciudad de Nueva Jersey llamada Trenton, lo cual nos indica que la geografía importa poco, aunque las tres autoras se involucran grandemente en las ciudades de residencia de sus protagonistas.

Curiosamente ninguna proviene de eso que podríamos llamar clases altas, sino medias, más bien tirando para bajas, nada de brillantes abogadas -aunque Vic Warshawski lo fue antes de pasarse a la grey detectivesca-. No son chicas finas, tirando más bien a lo peculiar, que va desde la claramente fuera de sistema de Kinsey Millhone, a la alocada y burbujeante Stephanie Plum. Por supuesto todas treintaañeras, divorciadas, con horribles maridos, de los que prefieren acordarse poco, y con relaciones sentimentales de lo más variado, aunque en casi todas las novelas suelen terminar enrrollándose con alguien, en muchos casos los malos de la historia. Todas ellas son tenaces, cabezotas, se saltan las normas impuestas por los agentes de la Ley, se pelean y aunque las zurren siguen para adelante. Son desordenadas -no hacen la cama ni hartas de vino-, comen fatal, -no puedo dejar de mencionar que el plato favorito de Kinsey Millhone sea el sandwich de mantequilla de cacahuete con encurtidos, repugnante-, y que en general mantienen ante la vida una actitud bien poco estereotipada.

En cuanto al tono de las novelas varía de una a otra heroína, si las novelas de Vic Warshawski podíamos situarlas en un estilo más duro, de investigaciones empresariales, donde la política y lo social marca buena parte de la trama, las novelas de Kinsey Millhone nos hablan de historias criminales más personalistas, donde lo oculto, lo sórdido predomina impregnando el tono y las vicisitudes de la protagonista. Estos tonos más bien duros cambian en las novelas protagonizadas por Stephanie Plum, que partiendo de situaciones claramente jocosas, nos introduce en historias duras donde los crímenes, los traficantes de armas y las venganzas mafiosas aparecen entre toques de rimmel, o dudas existenciales sobre si comerse un paquete de grasiento pollo del coronel.

Y mención aparte tienen los secundarios de estas novelas, que suelen ser los típicos polis tontos pero amiguetes, exmaridos horribles, y unos personajes muy propios de estas historias, que son personas ancianas, que resultan ser los confidentes y apoyo de nuestras heroínas, resultando unos tipos que acompañan, critican, y cuidan de nuestras terribles chicas, sin resultar pesados por familiaridad. Es una curiosa alternativa al acompañante del gran detective, tan importante en este género. En definitiva, cualquiera de estas mujeres nos ofrecen una estupenda serie de historias detectivescas desde un punto de vista poco habitual.

Interplanetaria

7 Opiniones

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    Gol
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    Puede que mereciera la pena desglosar un poco más en articulos separados sobre cada una de las series.

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    Wamba
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    Apenas aporta datos. ¿Por qué deberíamos leer a estas y no la serie de la Skarmeta, de Patricia Cornwell?

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    carlota
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    Yo me he leido todos los libros publicados de las tres series en España e incluso alguno en francés, no publicado en España, mi opinión sobre las tres es básicamente la misma:

    Los primeros libros de las respectivas series muy aceptables, incluso los 2 primeros de Stephani Plumb, francamente divertidos, conforme las autoras han empezado a escribir a toda pastilla libro tras libro, su calidad ha bajado mucho, incluso algunas de sus últimas novelas son bastante malas: confusas, argumentos mal desarrollados…

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    Iago
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    Esto pasa por una razón muy sencilla, no se tratta de verdaderos escritores/as sino de simples artesanos, productores de libros che trabajan para el mercado. Si tiene éxito, deben aprovechar el tirón, sea cual sea el resultado. Lo mismo pasa muy a menudo en todas las "etiquetas" literarias, histórica, polizíaca, fantasía, y un largo etcetera.

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    carlota
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    Estoy parcialmente de acuerdo contigo, porque también hay casos de "escritores consagrados" que hacen lo mismo, vease por ejemplo, las memorias de Garcia Marquez, Vivir para contarla. he intentado terminarlo varias veces pero me resulta imposible, creo que el libro necesitaba una o dos redacciones más, pero, por lo que sé, lo publico tal como estaba para no devolver el enorme anticipo a la editorial.

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    Iago
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    Y Yo estoy TOTALMENTE de acuerdo contigo. Inclusive los autores consagrados se vuelven peseteros, como García Marquez (también con lo de subastar las galeradas de Cien años, menos mal que nadie cayó en la trampa) y también Vargas Llosa (lo del Planeta y Lituma en los Andes fue total). Sin hablar de operaciones promocionales como la de Alfaguara con esa memez de Atxaga, El hijo del acordeonista, justamente ninguneada por el crítico Ignacio Echevarría (que por esto fue de facto echado de Babelia).

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    carlota
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    Te doy totalmente la razón. He leido de Atxaga Un hombre solo (creo que titula así) y la verdad es que es bastante malo

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